Rafael ferrer
brian ayala
jhon martinez
LA ENEIDA
Durante la gran tempestad naufragaron algunos de los barcos; pero el suyo y seis mas arriban a un puerto de África, en la rica y esplendida región de Cartago, a cuya reina, Dido, cuenta la caída de Troya y el ardid del caballo de madera de que acabamos de hablar. También le describe sus diferentes viajes, desde su huida hasta su llegada a Cartago. Dido no puede menos que admirar al noble príncipe, y desea casarse con él; pero Eneas abandona a Cartago, sin que pueda retenerle los agasajos de la reina; esta, desesperada, se suicida.
Después de llevar anclas con rumbo a Cicilia, donde celebra funerales en nombre de su padre, visita eneas los campos Elíceos, que es el lugar donde los antiguos creían iban las almas después de su muerte, y allí encuentra a su padre, quien le hace ver la raza de héroes que descenderá de Eneas y que gobernará al pueblo latino.
Eneas parte de nuevo, y llega ala tierra de Lacio, o Italia cuyo rey, Latino, le agasaja y promete concederle por esposa a su única hija, Lavinia, heredera de la corona. Pero otro príncipe llamado Turno, rey de los rútulos, pueblo latino, esta enamorado de ella y es favorecido por la madre de ésta. Estalla entonces la guerra entre troyanos y rútulos, en la cual tienen lugar varias sangrientas batallas y, al final, parece que los troyanos, en ausencia de su jefe, van a quedar completamente derrotados. Pero Eneas, que ha recibido un escudo hecho por Vulcano (el mismo dios mitológico que forjó la armadura de Aquiles), y en el cual se hallan simbolizadas las futuras glorias y triunfos de la nación latina, o romana, vuelve al combate y cambia la suerte de la guerra.
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