martes, 4 de octubre de 2011

eneida y virgilio (resumen)

Energía y Virgilio

Es una epopeya latina escrita por Publio Virgilio Marón más conocido como Virgilio, en el Siglo I a. C. La obra fue escrita por encargo del emperador Augusto, con el fin de glorificar, atribuyendo un origen mítico, al Imperio que con él se iniciaba. Con este fin, Virgilio elabora una reescritura, más que una continuación, de los poemas homéricos, tomando como punto de partida la guerra de Troya.

El verdadero objeto de este poema fue el de alagar al pueblo latino y sus soberanos, demostrándoles que sus reyes descendían de ese gran príncipe troyano, la historia de cuya vida había cesado de ser verídica y se había convertido, en su mayor parte, en pura fábula.


En ella veremos como consiguieron los griegos destruir la ciudad de Ilión. Debiese a la inteligencia de Ulises el que terminara en victoria el prolongado sitio. Fue el quien indujo a que se construyera un enorme caballo de madera, dentro del cual se escondieron un gran número de soldados griegos. Esta mole tan extraña fue conducida sobre ruedas hasta las puertas de Troya y abandonada allí.

En “La Eneida” no empieza el autor contándonos lo referido, sino que comienza con la descripción de una terrible tempestad que sorprende a Eneas, quien después de la caída de Troya (de la ciudad había escapado llevando a su padre en hombros, pero perdiendo a su esposa), había reunido algunos hombres, haciéndose a la mar y llegando a Italia al cabo de siete años.

Eneas parte de nuevo, y llega ala tierra de Lacio, o Italia cuyo rey, Latino, le agasaja y promete concederle por esposa a su única hija, Lavinia, heredera de la corona. Pero otro príncipe llamado Turno, rey de los rútulos, pueblo latino, esta enamorado de ella y es favorecido por la madre de ésta. Estalla entonces la guerra entre troyanos y rútulos, en la cual tienen lugar varias sangrientas batallas y, al final, parece que los troyanos, en ausencia de su jefe, van a quedar completamente derrotados. Pero Eneas, que ha recibido un escudo hecho por Vulcano (el mismo dios mitológico que forjó la armadura de Aquiles), y en el cual se hallan simbolizadas las futuras glorias y triunfos de la nación latina, o romana, vuelve al combate y cambia la suerte de la guerra.

En la última batalla debe tener lugar un duelo entre Eneas y Turno; pero los soldados de este consiguen herir al príncipe troyano.
Sin embargo, Eneas es curado de su herida por su madre Venus (una de las diosas en las que creían los romanos), y, depuse de curado, obliga a Turno a batirse con él, consiguiendo matarle.
Así termina la historia de las sorprendentes hazañas de Eneas, tal como se refiere en “La Eneida”

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